sábado, 9 de mayo de 2015

RECETA “El limoncello"

RECETA “El limoncello"




Sintetizar una receta única para elaborar el limoncello y otros licores tradicionales de la parte más soleada de la península itálica, donde los cítricos provenientes de la India, encontraron tierras fértiles y clima ideal, no es tarea fácil. Toda familia proclama su indiscutible perfección y todas tienen sus buenas razones...
El limoncello no tiene una fecha oficializada, nace en todo momento como la aplicación de una síntesis de tradiciones centenarias.
El lugar de origen más mentado que se le asigna es la provincia de Nápoles, la fértil Campania (de campiña) y particularmente toma renombre de la Isla de Ischia y la ciudad de Sorrento, donde todo se hacía en casa y se sigue haciendo el amarillo limoncello, cuyas bondades traspasaron los mares de la misma Italia.
Esta posibilidad se debe principalmente a su naturalidad, a su gusto indiscutido de algo real, la cáscara de limón, a la ausencia de colorantes, aditivos, conservantes, y su virtud, de hacerlo factible en cualquier hogar.
En Argentina, en estos últimos años de gran prosperidad y apertura al mundo, el limoncello ha tenido una especial aceptación, sea comercialmente, sea familiarmente.
Dejando la historia, vamos preparándonos para el rescate de los pocos elementos que componen el limoncello.
Lo simple en este caso, no es tan simple, si tenemos que volver a entender e identificar a un limón... ¡lo más simple y fácil hoy, es intoxicarse con una hermosa, relucientes cáscara!
La mejor forma de escoger los frutos del limonero es tener un limonero en el fondo de la casa. En su casa de fin de semana, y si es un nuevo pobre, en el terreno usurpado donde se erige su casa de cartón y chapa, ¡pero con una buena botella de limoncello para enfrentar las duras digestiones y el frío atroz del descampado!
Y si no tiene la ventaja del limonero propio, busque a un amigo que lo tenga, o arréglesela como puede para conseguir los limones.
Sin un momento de hesitación, nunca vaya al mercado o a su frutería amiga, para comprar los cítricos en cuestión, especialmente si están envasados en coloridas redes: están tratados con cera, lustrados y con conservante, tratados con anticriptógamos; eso sí con algunas hojas todavía verde...
El punto de maduración es también de mucha importancia para extraer toda la fragancia y el gusto. Deben tener todavía algo de verde y casi amarillos. Descartar los que se pasan de maduros.
El segundo elemento, el alcohol, que puede comprar en casas especializadas o en farmacias, debe tener optima referencia de calidad.
El azúcar también, blanco escurridizo y seco; la cantidad puede variar de 300 a 800 gramos por litro de agua y de alcohol, depende de la experiencia y el gusto de quien lo hace. El agua, mejor si es mineral y liviana.
Ahora finalmente estamos listos para preparar el mejor licor, motivo de orgullo y de muchas explicaciones...
Ingredientes –
Para unos dos litros de limoncello:
7 limones maduros pero no tanto, hermosos y sin química,
 1 litro de alcohol etílico para licores de buena calidad.
700 gramos de azúcar,
 1 1/2 litro de agua mineral liviana.
Gasa de algodón o filtros para café.

Preparación

Fase primera: Con un pela papa o cuchillo chico bien filoso, sacar la cáscara amarilla sin partes blancas.
Poner el alcohol en una botella grande con cuello ancho o una jarra grande y sumergir todas la cáscara.
 Cerrar bien con tapón o película plástica en el caso de la jarra o recipiente de boca muy ancha.
Guardar al fresco y en la oscuridad durante unos 15/20 días.
Fase segunda: Transcurrido este lapso de tiempo, preparar un almíbar, poniendo en una olla de acero, el litro y medio de agua con el azúcar y llevar a la ebullición lenta por algunos minutos.
Enfriar, luego mezclar con el alcohol colándolo de la cáscara con el filtro de gasa o de algodón para café de filtro.
Mezclar bien algunos segundos.
Ahora puede envasarlo en sus botellas preferidas, colándolo otra vez, con los mismos métodos.
Guardar por otros 15/20 días más.
La graduación alcohólica non debe superar los 36º.
El limoncello no solamente se toma solo, puede ser una agradable y refrescante bebida mezclada con agua tónica.
Es decorativo y sugestivo agregando una pequeña cantidad, siempre bien helada, sobre un helado, una ensalada de fruta, unas frutillas con crema, una copa de champagne para los más entendidos...
Colaboró: Renzo Sinisi


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